Uno de los campos en los que me suelo mover, pero de los que no escribo nada en el blog, es el del Interiorismo y decoración. No lo hago porque considero que hay otros blogs especializados que recogen mucha más información y más completa que la que yo pueda exponer aquí.
Pero hoy va a ser una excepción y voy a hablar de ello sólo por un motivo. Ahora parece que gusta pintar una pared de una estancia de un color diferente a las demás, cosa que veo en muchas viviendas que visito. Y, como en estos temas nos gusta ser autodidactas y lo queremos hacer nosotros mismos sin pedir opinión a nadie (porque yo lo valgo y a mí me gusta), compramos pintura, atrapamos brocha y rodillo y a pintar.
Pero… ¿estamos pintando la pared adecuada? La respuesta es muy fácil y en torno a ella van a girar todos los argumentos de éste post:
La pared que debe ir en otro color es la pared principal de la estancia, la que debe destacar para que se nos vaya la vista a ella. La vista se fija en lo que es diferente, obviando lo demás.
Voy a poner como ejemplo un salón que he dibujado en un momento (sé que no está muy bien dibujado pero creo que sirve para entender la explicación).Mostraré imágenes en las que iré destacando de otro color una pared y haré un pequeño análisis. Comenzamos:
- Una pared pequeña:
Son muchos los que, cuando se deciden a cambiar el color de una pared, piensan que lo mejor es buscar una pared pequeña para que así parezca el cambio más discreto y no destaque mucho. Error, si miramos la imagen, al primer sitio donde se va la vista es a la pared de azul. Una pared pequeña, en la que solemos poner el cuadro de la comunión del sobrino, un mueblecito con regalos de las bodas y cosas por el estilo que no queremos poner en las paredes y muebles principales porque «desentonan».
Cambiando el color de ésta pared hemos conseguido que todo el mundo mire ahí, justamente al lugar más insignificante y con menos personalidad del salón.
- Pared con una puerta:
Como ya nos vamos dando cuenta que cambiar el color es destacar, a no ser que tengamos una puerta de oro con rubíes, zafiros y esmeraldas incrustadas, parece que no tiene mucho sentido que destaquemos la puerta. De hecho, estamos provocando que nuestros invitados se fijen en ella en todo momento. Parece que estamos invitando a que se marchen.
- Pared con televisión:
Vamos a dejarlo claro desde el principio, la tele es fea, ya puede ser grande, pequeña, plana, curva, full HD, en 3D, etc., que va a seguir siendo fea. Está ahí porque tiene que estar, porque nuestro salón sin tele no es un salón pero no es el elemento más elegante (aunque algunos piensen que sí). Así que, aunque nos hayamos comprado el último modelo del mercado, tampoco hace falta que destaquemos esa pared.
Por otro lado, en la pared de la tele, solemos poner diversos muebles, estanterías y baldas, con lo que la pared tiende a verse bastante poco. Razón, ésta última, suficiente para no destacar algo que no se va a ver.
- Pared con puerta balconera:
IMAGEN 1
Nos puede tentar la pared que tiene una puerta balconera, pensamos que todo el mundo que vaya a pasar a nuestra terraza lo va a ver y a admirar. Pero lo cierto es que vamos a destacar muy poca superficie. Y lo más normal es que no destaquemos nada porque al final acabaremos poniendo unas cortinas que lo taparán todo, nadie se va a dar cuenta de lo que hay detrás de las cortinas…
- Pared principal:
La pared donde tenemos nuestro maravilloso sofá o chaise longue que nos va a costar pedir un préstamo mayor que la hipoteca de la vivienda entera para poder pagarlo, a juego con el resto del mobiliario del salón. Y encima del sofá pondremos un estupendo cuadro o lienzo que vista estéticamente la pared. Eso precisamente es lo que tenemos que destacar, lo más bonito.
Ahí es donde se tienen que ir todas las miradas de nuestros invitados, no al rincón con los recuerdos de las bodas, a la pared donde todo es bonito y donde destaca otro color diferente.