Hago el tejado nuevo y me salen grietas en la fachada

Desde hace algunas décadas, una forma muy típica de rehabilitar los tejados que están construidos a base de palos y tablas de madera cubiertas por teja cerámica (muy común en poblaciones extremeñas), ha sido la de sustituir dicha estructura por otra formada por vigas metálicas y tablero compuesto de viguetas de hierro, rasillones (o bardos), poliespán y hormigón con la teja encima.

Una vez terminada la obra y con nuestro tejado nuevo suelen aparecer grietas en la fachada (más bien fisuras que grietas). Las que más llaman la atención son las que van desde las ventanas de la planta de arriba hacia las de la planta baja o hasta la roza de cuando se sacó el contador de la luz a la calle (hablamos de casas con muros de carga de piedra que tenían el contador de la luz dentro y se hizo un hueco en la fachada para sacarlo).

Ejemplo de grietas en fachadas

Pero también es común ver las grietas desde la cornisa a las ventanas o justamente donde se une la fachada con la de la vivienda medianera.

Hoy sólo vamos a ver la faena que hacemos al muro por el peso que le metemos de golpe con el cambio de tejado:

¿Cuánto pesa un metro cuadrado del tejado antiguo? Los palos de madera 10 kg, las tablas 10 kg y las tejas 40 kg. En total 60 kg.

¿Cuánto pesa un metro cuadrado del tejado nuevo? Las viguetas de hierro 80 kg, los rasillones 30 kg, vamos a considerar que el porespán no pesa, el hormigón 100 kg y las tejas 40 kg. En total 250 kg.

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Aclaración: Lo correcto sería utilizar Kilonewtons en vez de kilogramos pero creo que se entiende mejor así y los pesos utilizados son orientativos.

Por lo que vemos, el tejado nuevo pesa cuatro veces más. O lo que es lo mismo, el muro tiene que soportar cuatro veces el peso que soportaba antes. Evidentemente, esto le va a hacer al muro algo más que cosquillas.

Vamos a hacer un símil con personas: imaginemos que alguien lleva desde pequeñito una mochila que pesa 4 kg y que, cuando cumple los 50 años, se cambia la mochila por otra que pesa 25 kg. Sabemos que por eso no se va a morir pero que seguro que le va a causar alguna molestia.

Pues lo mismo le pasará al muro cuando lleva 50 años soportando un peso y, de un día para otro, se lo cuadriplicamos. Una de sus dolencias pueden ser las grietas.

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